martes, 26 de marzo de 2013

UNA PRINCESA EN APUROS

¿Qué pasaría si Cenicienta viviera en un mundo afectado por el cambio climático?

Calabazas achaparradas, castillos que se derriten y hadas madrinas sorprendidas por huracanes en pleno vuelo son protagonistas del corto de animación Una princesa en apuros, realizado por el área Educación de FLACSO, con ilustraciones de ISOL, y la participación de Rafael Spregelburd.

¡Muy recomendable para todos!!!

domingo, 24 de marzo de 2013

CREANDO HÁBITOS DE LECTURA

Hábitos de lectura : Hoy más que nunca, la lectura corre el riesgo de ser vista por los niños y niñas como una imposición más de padres, madres y profesores. Ante un mundo lleno de artículos tecnológicos ¿cómo podemos explicarles a nuestros hijos e hijas que la lectura puede proporcionarles un mundo maravilloso de experiencias y desarrollar su creatividad, vocabulario e imaginación?
Los expertos aseguran que es precisamente en la primera década de la vida cuando las personas pueden adquirir este hábito; en esos diez primeros años se tiene la oportunidad de asimilar para siempre el placer de leer, afirman que se aprende a disfrutar de la lectura y, por lo tanto, hay que ser conscientes de que se trata de una actividad que se puede enseñar.
Para ello, es básico el núcleo familiar. Enseñar a leer es la asignatura que los padres y las madres deben transmitir a sus hijos e hijas, teniendo en cuenta siempre su carácter, motivación, apetencias e intereses. En definitiva, deben asumir el reto de estimular la curiosidad por los libros. Como toda actividad, la lectura requiere constancia para convertirse en hábito. Nunca se debe obligar a leer, pero sí se puede (y debe) convertir en un hecho cotidiano. La clave radica en que acabe formando parte del tiempo libre, igual que ver la televisión o jugar.
En edades muy tempranas serán el padre y la madre los que directamente ejercerán esta función. Con el tiempo, el espacio dedicado a la lectura se irá ampliando, y serán los propios niños y niñas quienes decidirán cuánto, cuándo y dónde van a leer.
SUGERENCIAS DE LIBROS POR EDADES
EN LOS DOS PRIMEROS AÑOS de vida los libros serán un elemento más para descubrir, morder y tocar. Existen en el mercado ejemplares de tela y plástico, sonoros y sensoriales.
ENTRE LOS 2 Y LOS 4 AÑOS, el libro comienza a ser diferenciado como tal. Triunfan los que enseñan de una manera distinta los elementos que están aprendiendo: la diferencia entre el frío y el calor, arriba y abajo, dentro y fuera, diferentes texturas... También son recomendables libros sobre el Sol, la Luna y los planetas.
DESDE LOS 4 A LOS 7 AÑOS, el niño comienza a desarrollar su identidad individual. En esta etapa es fundamental la imaginación, pero con historias narradas dentro de la lógica a la que habrá que sumar un final feliz.
ENTRE LOS 7 Y LOS 9 AÑOS. La edad de los porqués comienza a los siete años y dura, al menos, hasta los nueve. En esa etapa todo es blanco o negro: los buenos son muy buenos, los malos muy malos, y todo desprende grandes dosis de imaginación…
ENTRE LOS 9 Y LOS 12 AÑOS es el momento de las aventuras, de la ciencia ficción, del amor sin melodrama. Así comienzan a introducirse en las  novelas de misterio y aventuras con protagonistas chistosos, populares y valientes con los que se comparten la edad. También es un buen momento de enfrentarse a fantasmas y brujas, ya que es una fórmula para superar miedos.
POR ÚLTIMO, SE LLEGA A LA ETAPA más difícil y determinante: la que abarca hasta la mayoría de edad. Se debe mantener el atractivo por la lectura, potenciar su entrega dependiendo del carácter de cada persona, pero los padres poco podrán hacer a partir de ahora en la elección de los libros. Se abandona la literatura propiamente infantil y pre-juvenil, y se enfrentan a la literatura en todos sus géneros. De todas formas, habrá una inclinación por parte del adolescente y el joven hacia un tipo de historias, y tal vez un desconocimiento de dónde encontrar lo que buscan, por lo que siempre serán bien recibidos los consejos.
IDEAS PARA FOMENTAR LA LECTURA ENTRE LOS HIJOS:
CREAR EN LA CASA un ambiente de lectura. Ver al padre o a la madre con un libro o un periódico en las manos se convierte en una referencia importante del propio comportamiento. Supone además que en la familia hay ratos dedicados a la lectura a los que los hijos/as se puedan sumar.
HABLAR SOBRE LIBROS. Oír como se comenta el interés o incluso el aburrimiento que suscita la novela que tiene en las manos, crea una transmisión de saberes y de comunicación muy importante para cimentar el gusto del lector.
LEER LIBROS ADECUADOS para el hijo(a). Acercarse a la inmensa oferta actual de libros infantiles y compartirlos con sus hijos(as) va a suponer para muchos padres el descubrimiento de una literatura rica y variada, que proporciona momentos de conversación e intercambio con los niños/as.
SABER ELEGIR EL LIBRO adecuado para iniciar en la lectura. Hay muchos libros infantiles sobre muchos temas y dirigidos a mentalidades y edades muy variadas. Siempre se debe saber cuáles temas o preferencias tiene su hijo(a) y cuáles títulos lo pueden atrapar.
CONVERTIR LA TELEVISIÓN EN una aliada no en un enemigo. Si la televisión es de sumo interés para su hijo(a) debe fijarse en los programas y las películas preferidas y tratar de buscar libros relacionados con su pasión.
LLEVARLOS A CONOCER BIBLIOTECAS y librerías. Existen bibliotecas y librerías que ofrecen muchos libros que se pueden leer en casa. Muchas de ellas también ofrecen actividades de animación, lectura y encuentros con algunos escritores.
INCLUIR EN LAS SALIDAS FAMILIARES una vuelta por librerías. Aunque no compren nada es bueno que estén pendientes de las novedades que están disponibles. Si por el contrario deciden comprar y se le da una cantidad de dinero con el objeto de elegir el título que le guste, comenzará a desarrollar criterios de compra y aprenderá a distinguir qué obra merece la pena adquirir.
ESTAR ATENTOS A QUÉ TIPO de lector es su hijo(a) y respetar sus ritmos. Hay lectores compulsivos que no paran hasta que han terminado de leer. Hay en cambios otros que lo toman con más calma. Hay lectores a quienes les gusta releer el mismo libro y hay muchos ávidos de novedades. Hay aquellos que prefieren leer de día, otros de noche. Sea cual sea el ritmo de su hijo(a) debe aprender a respetarlo ya que esto contribuye a consolidar el hábito.
NO EMPEÑARSE EN QUE LE guste lo mismo que a sus padres. Debe recordar que está forjando hábitos de lectura en su hijo(a) por lo que debe saber esperar para dar los libros adecuados en el momento oportuno.
COMPARTIR LA LECTURA. Cuando los niños crecen, se les pueden ofrecer los libros que estén leyendo los padres y después pasar un rato divertido comentando sus peripecias. La lectura será un atractivo tema de conversación entre padres e hijos. Cada vez que el padre o la madre termina de leer un cuento o novela, debe contárselo oralmente a toda la familia esforzándose en mostrar toda su capacidad actoral.
OTRAS IDEAS PARA LOS MÁS PEQUEÑOS:
DESPERTAR SU interés por los libros ilustrados y comentar con ellos las imágenes.
ESTABLECER UN horario de lectura (hora y días específicos).
LEERLES inicialmente un tiempo corto (5 a 10 minutos).
LEER PARTE de una historia cada día para despertar su interés por seguir escuchando la continuación.
COMENTAR LA historia leída y pedirles que expresen qué les gustó y qué no.
DEJAR QUE saquen sus propias conclusiones de la historia o libro leído.
INVENTAR finales para la historia leída y jugar a ser tal o cual personaje.
HABLARLES DE los autores de los libros, contarles su biografía, cuándo y por qué escribieron el libro.
LEERLES EN voz alta desde muy pequeños.
CAMBIAR DE libro sin mayor problema si la historia que se ha empezado no despierta su interés (siempre que no le pase lo mismo con todos los libros).
CUANDO EL niño(a) es pequeño conviene leer previamente el libro para poder comentarlo e intercambiar opiniones con él/ella.
ATENDER A sus preguntas e interrupciones con paciencia.
ORGANIZAR EN la habitación del niño(a) una pequeña biblioteca para incentivarles la familiaridad con los libros y enseñarles a valorarlos y cuidarlos.
DESDE PEQUEÑOS familiarizarlos con letras, pueden ser letras magnéticas pegadas en el refrigerador, carteles publicitarios, etc.
Definitivamente, leer es un hábito que no muchas personas tienen, pero también es un placer no sólo porque estimula la imaginación sino porque también enriquece el vocabulario y los conocimientos. En resumen, convierte al lector en una persona más culta e interesante. Los padres y las madres no sólo pueden sino que deben iniciar a sus hijos e hijas en la lectura, pues todo aquello que se aprende con amor, entre los brazos de padres y madres cariñosos, va a marcar una huella indeleble en la mente del niño o de la niña, quién al recordar la lectura como un espacio placentero va a cultivarla por siempre.
Fuente: http://creciendoenfamilia.com.do

jueves, 21 de marzo de 2013

21 de MARZO: Día Internacional de la POESÍA


Hoy día 21 de marzo se celebra el Día Mundial de la Poesía, un momento especial para seguir recordando que el mundo de los versos está al alcance de todos, sin edad, sin condición académica y abierta a todo tipo de gustos y preferencias, la poesía se presenta así, desnuda y transparente, dispuesta a satisfacer con su lenguaje lleno de matices hermosos y giros inesperados.

PARA CELEBRARLO AQUÍ TENÉIS UN PRECIOSO POEMA DE MICHAEL ENDE
El Dragón y la Mariposa 

En un oscuro torreón
vivía en tiempos un dragón,

que Plácido se llamaba
y todo lo destrozaba:
lleno de pinchos y malas artes
escupía fuego por todas partes.

Pero un día vino un profesor
con un libraco, y sin temor
al fiero dragón se acercó,
y de cabo a rabo lo examinó.
Midió al bicho con interés:
¡treinta metros de largo es!

Ingrato, el monstruo se tragó
el metro, y al que lo midió.
No le dolió su mala acción,
pues bien le supo al muy glotón.

Pero el libro se le empachó
y una indigestión le dio,
y vomitó con desagrado
a sabio y libro antes tragado.

El sabio sus gafas agarró
y se marchó sin un adiós.
Mas, ¡mira!, el libro se ha dejado
a mala idea u olvidado.

El dragón se puso a leer,
¡nunca lo hubiera debido hacer!
pues apenas el libro abrió,
su nombre escrito se encontró
y conoció el significado
de un nombre tan inapropiado.
“Plácido”: manso y apacible,
dulce, tranquilo, muy sensible.

Gritó el dragón el alma en vilo.
“¡Yo no soy dulce ni tranquilo!”
Y para demostrarnos lo contrario,
rompió en seguida el diccionario.
Y se pasó quinientos días
haciendo mil y una fechorías.

Pero aunque trágico le pareciera,
Plácido su nombre era.
Enfermó de la tristeza,
¡le dolía la cabeza!
En la cama se metió
Y ya nunca más salió.

Sobre la hierba frondosa
danzaba una mariposa.
Se llamaba Bárbara, y como ves,
es dulce, bella y muy cortés.
Bailaba el vals que era un primor
revoloteando de flor en flor.

Tan delicada y tan sensible
que cualquier ruido era insufrible.
Nunca podía dormir la siesta
con aquella autopista tan molesta,
y, corrió a buscar por eso
sosiego en un bosque espeso.

Apenas se hubo instalado
zumbó un abejorro a su lado.
“¡Bárbaro!, dijo ella, “¡ruidoso!,
me estás estorbando el reposo”.
Zumbó el abejorro: ¡Buuu,
la única “Bárbara” eres tú!
Bárbara perdió el color:
“¡Cielos, mi nombre es un horror!”

Ya nunca más volvió a bailar,
y de puntillas se puso a andar;
pero con eso nada consiguió
pues su nombre tampoco varió.
Decidió, desesperada,
vivir sola y retirada
y en el desierto y en soledad
expiar su “barbaridad”.

Pero un día una serpiente
pasó en zig-zag por allí enfrente:
“Qué risa me da”, le contó,
“a un dragón conozco yo
que se ha metido en la cama
porque Plácido se llama.
Y ahora te encuentro a ti.
Ja, ja la vida es así.”
Guiñó un ojo insinuante
y de allí se fue reptante.

Ella conservó en su mente
lo que dijo la serpiente.
Tras doce días de reflexión,
gritó: “Hallé la solución.”

Y con ligero equipaje
emprendió su largo viaje
hasta llegar, de un tirón,
a la torre del dragón.

Blancos huesos había en la entrada
y ella llamó muy asustada.
Entró por fin al torreón
y en la cama halló al dragón
quejándose a voz en grito;
mas ella le habló bajito:
“Sé qué es lo que te enfermó,
pues Bárbara me llamo yo.
¿Cambiamos ya que son nuestros
esos nombres tan mal puesto?

Al pronto, él no la entendió,
pero al rato se aclaró,
y le estrechó entusiasmado,
la mano (¡con gran cuidado!).
Y muy contentos, en suma,
cogieron papel y pluma,
y por escrito dejaron
el acuerdo que tomaron.

Se fue contenta y gozosa
Plácida la mariposa,
y Bárbaro, el fiero dragón,
la despidió con emoción.

LA LUNA

Y así vieron el cuento de la luna que les contó la seño Ana...¡Gracias seño!



LOS CHIVOS CHIVONES


 Pincha aquí para ver y escuchar el cuento...

Y así lo vieron los peques de 4 años....después de que Ana se lo contó!






LOS TRES COSMONAUTAS..de Umberto Eco

                                                      


Érase una vez la Tierra y érase una vez Marte.  Estaban muy lejos uno de la otra, en medio del cielo, y alrededor había millones de planetas y galaxias.


Un buen día partieron de la Tierra desde tres puntos distintos, tres cohetes. En el primero iba un norteamericano que silbaba muy alegre canciones de jazz y rock; en el segundo iba un ruso que cantaba con voz profunda canciones de su tierra. En el tercero iba un africano que sonreía feliz, con dientes muy blancos en su cara de color.

Los tres querían llegar primero a Marte para demostrar quién era el más valiente y todo porque para decir lo mismo, por ejemplo: “Buenos días”, lo decían en distinto idioma. Por eso no se comprendían y creían que eran distintos. Como los tres eran muy valientes llegaron a Marte casi al mismo tiempo.

 


Llegó la noche. A su alrededor había un extraño silencio y la Tierra brillaba como si fuese una estrella lejana. Los cosmonautas se sentían tristes y perdidos, y el norteamericano en la oscuridad llamando a su mamá dijo: “Mamie”. Y el ruso dijo: “Mama”. Y el africano dijo: “Mbamba”.

Pero enseguida comprendieron que estaban diciendo lo mismo y que tenían los mismos sentimientos. Fue así como se sonrieron, se acercaron, juntos encendieron un fuego y cada uno cantó canciones de su país. Entonces se armaron de coraje y mientras esperaban el amanecer aprendieron a conocerse.

Por fin se hizo de día. Hacía mucho frío y de repente de un grupo de árboles salió un MARCIANO. ¡Era terrible verlo! Era de color verde, sus orejas eran distintas a las nuestras, tenía seis brazos y al mirarlos dijo: “¡Grrrr!”. En su idioma quería decir ¡Mamita querida! ¿Quiénes son esos seres tan horribles? Pero los terrestres no comprendían y creyeron que su grito era un rugido de guerra...


 Fue así como decidieron espantarlo. Pero de pronto, en medio del frío del amanecer, un pajarito marciano que evidentemente se había escapado del nido, cayó al suelo temblando de frío y miedo.

Piaba desesperado, más o menos como un pajarito terrestre. Daba realmente pena. El norteamericano, el ruso y el africano lo miraron y no pudieron contener una lágrima de compasión.


En ese momento sucedió algo muy extraño. También el marciano se acercó al pajarito, lo miró y dejó caer dos hebras de humo de su extraña boca y los terrestres de golpe COMPRENDIERON que el marciano estaba llorando...
 

















Después vieron que se inclinaba sobre el pajarito y lo levantaba entre sus seis bazos tratando de darle calor.


El africano le hizo señas a sus amigos terrestres que querían decir: “¿Se dieron cuenta? ¡Creíamos que este marciano era distinto de nosotros, pero ama, se conmueve, tiene un corazón y seguramente un cerebro. ¿Todavía creen que hay que espantarlo?

No era necesario hacer semejante pregunta. Los terrestres habían aprendido la lección: que dos personas sean distintas no significa que deban estar en guerra, que deban ser enemigas.

Por lo tanto, se acercaron al marciano y le tendieron –en señal de Paz- la mano. Y él, que tenía seis, le dio la mano a los tres al mismo tiempo, mientras que con las que le quedaban libres hacía gesto de saludos.

Y señalando la Tierra, distante en el cielo, hizo entender que deseaba viajar allá para conocer a los otros habitantes e idear la forma de fundar una gran comunidad especial donde todos se amaran y estuvieran de acuerdo...

Los terrestres, entusiasmados, dijeron que sí. Y para festejar el acontecimiento le ofrecieron un bombón. El marciano muy contento lo tocó con su dedo de luz e inmediatamente desapareció: era su forma de saborearlo. Pero ya los terrestres no se escandalizaron porque habían ACEPTADO y COMPRENDIDO que, tanto en la Tierra como en otros planetas, cada uno tiene sus propias costumbres y sólo es cuestión de ACEPTARSE LOS UNOS A LOS OTROS.